Por fin pude ver LAST DAYS HERE, el documental sobre
la tormentosa vida de Bobby Liebling, el único miembro fundador de la todavía
activa y veterana leyenda del Doom/Metal gringo, y además, la banda más famosa
de todas las cuatro agrupaciones que se atrevieron a utilizar el nombre de PENTAGRAM.
Hasta el día de hoy, la única relación que he tenido con esta banda es a través
del álbum “Pentagram Relentless (1985)” como muchos la escuché vía cassette, y aunque
gracias a la era digital y las bondades de INTERNET, he tenido la oportunidad
de escuchar más material de ellos, me casé por siempre con su -en teoría- primer
larga duración. Para mí se encuentra dentro de lo que todavía escucho con
regularidad. Desde inicios del 2000, el interés del público ha ido creciendo para
con PENTAGRAM y estoy seguro que luego de ver este documental, la popularidad
se elevará aún más, caso parecido ya ocurrió con los canadienses ANVIL, y para el
cuál este documental, guarda serios parecidos, la pregunta cuestión en es que el
drama de LAST DAYS HERE es mucho más visceral, crudo, es más impactante.
Como ya lo indiqué la popularidad de PENTAGRAM ha
venido en ascenso gracias especialmente a Relapse Records cuando en el 2002 lanzó
el disco First Daze Here (The Vintage Collection). Comprendido por hasta esa
época material inédito producido por Liebling y compañía que datan de 1971. Lo
más interesante es que estas grabaciones colocaban a una banda americana, como
una de las pioneras del Doom/Metal casi a la par de los míticos Sabbath, quienes
les habían precedido por escasos 2 años (1969). La carrera de PENTAGRAM ha sido
bastante inconstante, por sus trincheras han pasado tantos músicos que lo único
que vale la pena decir, es que muchos de estos eran verdaderamente buenos. Sólo
hasta 1980, y a pesar de haberse formado a principios de los 70s, pudieron
lanzar su primer larga duración “Pentagram
Relentless (1985)”. Lamentablemente para ellos, su estilo había quedado un poco
desfasado en el tiempo, los jóvenes metalheads tenían sus oídos puestos en
discos como Seven Churches, Hell Awaits, Ride The Lightning. Además, Black
Sabbath, el primer referente que uno intuye al escuchar PENTAGRAM, ya
satisfacía sus necesidades de Stoner.
Sin embargo otra hubiera sido la historia, si “Pentagram
Relentless (1985)” hubiera sido lanzado a mediados de los 90s, en pleno apogeo
del Stoner/Doom, otra hubiera sido la historia, quizás hubiéramos escuchado más
habalr de PENTAGRAM y menos CATHEDRAL (Sin ofender). Entonces si su música era
tan buena, por qué no logró un cupo más privilegiado en el parqueadero del
Heavy/Metal. La respuesta a este interrogante, es la materia prima de este
documental. Don Argott y Demian Fenton, los directores del documental, no
tienen ningún escrúpulo en el momento de mostrar a Liebling tal y como es: Un adicto
a las drogas, que padece de una seria enfermedad en su piel, un efecto secundario
de su manía por las sustancias prohibidas. Bobby vive en el sótano de la casa
de sus comprensivos padres, quienes a pesar de las adicciones de su hijo, nunca
le han dado la espalda. Bobby es una farmacia andante, por su torrente sanguíneo
diariamente fluyen cantidades significativas de H, anfetaminas, speed, metadona,
mientras que sus pulmones albergan una danza entre el crack y nicotina. Poco o
nada queda de su faceta musical, el Junkie Mr. Hyde que gobierna su personalidad
ha tomado el completo control de su vida.
Por otro lado tenemos a Sean Pelletier el fan que
cualquier banda desearía tener y al parecer el más grande fan de PENTAGRAM. La
afición de Pelletier empezó en una tienda de discos, cuando se encontraba pasando
entre sus dedos ciertos vinilos de la estantería, cuando bingo… ahí estaba de
repente, una funda negra de la que sobresalía el logo PENTAGRAM, para Pelletier
fue como haber encontrado su proyecto de vida, su obsesión creció al grado de
volverse un amigo cercano de Liebling, este último deteriorado tanto
físicamente como psíquicamente, razón por la cual, su amigo Pelletier, quiere que
Bobby deje las drogas y reactive a PENTAGRAM, pues considera que esta es la
única forma de salvar su vida. El resto tendrán que descubrirlo cuando vean el
documental.
Finalmente, LAST DAYS HERE nos ofrece un relato de
vida quizás demasiado familiar para algunos de nosotros, ya que el problema de
las drogas, es prácticamente una enfermedad de tipo sanitaria. O es que a caso ¿quién
no ha perdido un amigo a causa de las drogas fuertes? El caso de Bobby Liebling
tuvo en parte un final feliz, pues contó con una amistad sincera y muchas
oportunidades, no obstante existen muchas otras historias que cuentan con
finales no tan felices o fabricados, por tanto me queda un sin sabor pero me
alegra, que Liebling sea el bastardo afortunado que sin duda es.
Web Oficial: http://914pictures.com/
Last Days Here Trailer - (2012)
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