Qué bueno ha sido volver a escuchar Paradox. Pero más bueno será contarles la historia completa de cómo se grabó uno de los discos más legendarios del metal colombiano, en las propias palabras de uno de sus protagonistas directos. 20 se han cumplido y TWILIGHT GLIMMER sigue Iluminándonos con su paradoja. Empecemos recordando que estos hidalgos iniciaron su camino en la senda del Metal melódico de muerte, ese que había llegado desde la península escandinava, teniendo a Gotemburgo como centro de operaciones y a bandas como AT THE GATES, IN FLAMES o DARK TRANQUILITY como punta de lanza y cuya influencia, no tardaría en germinar en nuevos nombres como ABLAZE MY SORROW, DECAMERON, NIGHT IN GALES, bandas igualmente suecas, pero nuestras américas no le serían ajenas a esta corriente, pues sin importar que fuera un subgénero que demandaba de competencias musicales exigentes o de instrumentos y equipos de grabación apropiados para poder capturar su sonido melódico. Hubo bandas que se las arreglaron. “Ante todo, muchísimas gracias por brindarnos el honor de hacer parte de Bleeding Noise, siempre he sido un admirador y esperé con ansias una oportunidad de conversar. Claro, me incluyo entre los que descubrimos el sonido de Gotemburgo en 1994/1995.” Comentó Leo Pinzón (miembro fundador): “Nos sumergimos en los primeros trabajos de In Flames, tanto como las otras bandas que mencionas, así que para el año 98 que ya estábamos trabajando en pleno, teníamos claro que el género permitía reunir elementos de otras vertientes, solos melódicos de heavy metal (que nos gusta muchísimo), la voz de Death Metal clásico como Morbid Angel, Malevolent Creation, Suffocation, Cannibal Corpse, Obituary, Vader, que en mi caso tal vez fui el más fanático de este renglón, y estructuras un poco más complejas, así que no diría la influencia por sí misma fue tan tardía, porque unos cinco años o más, las salidas que teníamos con Bulla, Ricardo Velásquez, Linares, Holguín o todos, ya estaban acompañadas de dosis de Dissection, Thy Serpent, Night in Gales (una de mis favoritas de la época), A Canerous Quintet, Decameron, Archenemy, a la par del sonido de Gotemburgo que tanto enriqueció lo que quisimos plasmar y que las circunstancias determinaron que fuera un poco más tarde lo que pudo haber sido.”
Y si bien los ejemplos fueron minúsculos, valieron la pena, pues se convirtieron en discos de culto. Rápidamente acordémonos del Epic Rites (1996) de CENOTAPH de México, quienes hicieron la conversión del Death Brutal al Melodic. Otro fue el Embracing the Death (1999) de nuestros compatriotas MYSTYFATE editado por Decade Recs (hoy por hoy Hateworks) y por supuesto que sí, el Paradox (2002) de TWILIGHT GLIMMER. “Hay muchísimas anécdotas y experiencias durante la construcción del “Paradox y podríamos pasar horas hablando y recordando con nostalgia. Si bien la banda, se formó en 1998, durante este año y el siguiente, hubo dos guitarristas rítmicos, Víctor Muñoz (quien estuvo un tiempo breve y regresa en el 2018), y Ricardo Linares, con quien compartimos varios escenarios en el área (Cartago, Santa Rosa, Pereira), pero ninguna de las canciones que ejecutamos en esta época logró estar en el álbum, si hubiéramos aceptado una oferta de grabación de un demo en cassette las habríamos registrado, pero fue tanta nuestra obstinación, que nos proyectamos para grabar un álbum y éste tenía que ver la luz en cd, para el momento no se había prensado ninguna producción profesional en disco compacto de Death Metal en la ciudad (el primero de Internal vio la luz en el año 2000). Cuando regresó Juan Bulla en el 99 de Estados Unidos, donde estuvo trabajando un par de años, fue convocado para reemplazar a Linares y entonces empieza el proceso compositivo arduo y extenuante, ensayábamos todos los días, componíamos con un compromiso excesivo, ya que prácticamente nos obsesionamos con grabar y prensar un álbum, de modo que, durante el 99 y el 2000 se terminó la construcción de las diez canciones y después del primer semestre del 2000 ya estábamos ingresando a La Oreja estudios para registrar la obra. La grabación del álbum se llevó a cabo desde aproximadamente el mes de septiembre del año 2000, y se terminó en el año 2001, un poco más de lo presupuestado pero tanto el estudio de grabación como la banda eran neófitos en procesos de registro de Metal y tuvimos que girar en torno al tiempo libre de todos, grabar en horarios de la noche, fines de semana y posteriormente, la mezcla, edición y masterización, se realizó con las herramientas que hace más de 20 años estaban a disposición y no eran las mismas de hoy en día. El proceso fue bastante memorable y divertido, en el plano anecdótico, es imposible no recordar esas largas horas metidos en el estudio, en mi caso haciendo voces, con canciones que tenía que registrar cuatro o cinco veces seguidas, en la noche para salir muy tarde, cansado y después haber grabado solamente una canción, tratando de definir la mejor toma, pero con la garganta literalmente destrozada. La postproducción del álbum fue también toda una odisea, si bien, la composición del 80% de los riffs estuvo en manos de Adrián Holguín y hoy en día es considerado uno de los mejores compositores rítmicos del país, éste también se concentró en acompañar a Felipe Morales el ingeniero de sonido en la mezcla, los solos estaban divididos tal vez en un 50% exacto por parte de Juan Bulla y Adrián, el bajo lo grabó Bulla y yo tuve como responsabilidad hacer la totalidad de las letras, las voces, el concepto del álbum, ideas generales para el arte, de hecho yo hice la portada pero esta fue arreglada digitalmente a la par de la diagramación por Rafael Echeverry de Decade Records (Hateworks), y quise incluir una serie de intros para canciones, voces narradas, un fragmento en Latín, efectos y elementos que enriquecieron el álbum y fueron toda una aventura, por fortuna fue bien recibido por la banda y los seguidores ya que nos acompañó la grata consecuencia de haber logrado un álbum muy bien vendido a nivel nacional y que llegó a través de intercambios a Europa por medio de Dave Rotten de Repulse en España, Tony Sinclair de Sinister Realms y the Enchanted en Inglaterra, incluso, cuando el disco estaba moviéndose en el 2002, hubo propuestas de gira en Europa, pero por cuestiones económicas no pudimos embarcarnos, en cambio, lo más cercano y más trascendente de la época fue haber logrado llegar al Festival Metal Massacre que se realizaba en ciudad de Panamá en el 2003 y hasta el momento sigue siendo la única banda de Death Metal colombiano que ha visitado este país. Recuerdo con especial aprecio las sesiones fotográficas que se hicieron con el maestro René Ramírez (QEPD), un gran amigo de la banda, quien nos tomó las fotos y compartió con nosotros, reuniones, farras o carretes (noches de bebida, que eran bastante frecuentes puesto que la banda contaba con un ensayadero privado en la casa del primer bajista y allí nos reuníamos todos los fines de semana de juerga). Tristemente, René falleció hace pocos años, pero dejó un gran recuerdo ya que las sesiones siempre sucedían entre risas y momentos agradables. Algunas fotos en vivo y en otras locaciones, por ejemplo la del afiche publicitario del álbum, la tomó Mauricio Hermida, otro amigo cercano. El sello discográfico también tuvo un retraso de más de un año para prensar nuestro disco, es apenas comprensible ya que en esa época prensar un Cd era más costoso y había menos posibilidades, pero nosotros contábamos con que el disco estuviera fuera en el 2001, sin embargo, Decade Records prensó el segundo disco de Mistyfate y el “Muerte, verdadera muerte” de Masacre antes que el de Twilight Glimmer, así que el nuestro vio la luz en el 2002, en ese momento nos molestamos porque lo tuvimos listo desde mucho antes, sin embargo, hoy comprendemos las razones, estas dos bandas ya tenían un mercado abierto, ya tenían álbumes fuera y ventas aseguradas, nosotros éramos el experimento del sello, la banda más joven en su haber.”
Un aspecto por lo que los pereiranos llamaron la atención, además de su música y puesta en escena, fue por su nombre poco común, pero que era un tipo de regla entre las bandas del estilo. TWILIGHT GLIMMER, podría ser traducido como el centelleo del crepúsculo y “El nombre tiene una historia muy interesante, precisamente porque la idea la tuvo Víctor Muñoz, el guitarrista que estuvo en la primera formación solo por unos cuantos meses, pero en ese momento no participó de ninguna grabación, ni de concierto alguno, dejó el nombre y concepto de la banda, pero como historia destacable y prueba del carácter cíclico de la vida, regresa a la banda 20 años después, en el 2018, cuando me encontraba buscando músicos para re-estructurar la banda y le llamé. Se sintió muy desconcertado de ser convocado a una banda de la cual había salido hacía más de 20 años, pero aceptó amablemente; esta vez para hacer lo que nunca hizo con Twilight, estar en escenarios de todo el país, festivales como el Grita Rock de Manizales, Naturaleza Rock o Viboral Rock, pisar escenarios en México, grabar la placa del 2018 “Unbreed”, hacer vídeo clip, mejor dicho, llegó a reclamar el honor de haber gestado el nombre. Aunque es particular el hecho, que cuando la banda tomó caminos un poco más pesados y distantes del metal melódico, se pensó en cambiar el nombre, pero en últimas no se hizo.”
Curiosamente el fichaje con Decade tuvo que superar 2 curiosas pruebas para poder llevarse a cabo. La banda quería grabar en un estudio nuevo que había sido abierto en la ciudad de Pereira por el guitarrista de la vieja banda ATTACK, pero Decade no parecía estar muy seguro al respecto: “Con respecto al fichaje por parte de Decade (Hateworks), también fue una aventura completa, porque otro sello discográfico nos había ofrecido el prensaje de un demo en cassette, la banda por voto colectivo declinó y prefirió esperar que se presentara la oportunidad de tener su debut en CD. De modo que, nos aventuramos a grabar en 1999 dos canciones, compramos 100 cassettes Maxvall (no sé quiénes recuerden la fábrica en Pereira), y allí hicimos una especie de Demotape artesanal, sin portada, solamente la caja y un sticker con el nombre de la banda y las dos canciones. Lo enviamos a diferentes sellos, emisoras y regalamos a los amigos que iban a nuestros ensayos o conciertos. Los directivos de Decade (Hateworks) ya nos habían visto en vivo al lado de Mistyfate e Insanity (posteriormente Enthralled Haze), así que demostraron interés. Empezamos negociaciones con ellos para una posible firma de contrato pero nos dijeron que querían vernos en vivo y analizar todo el set de canciones y la respuesta del público, así que (viene otra anécdota divertida), en esa época nuestro amigo Alex Rodríguez (actual baterista, desde 2018), tenía un bar llamado Nocturnal Souls y una banda llamada Victims of deception, le pedimos que organizáramos un concierto pequeño en su bar, con las dos bandas y así podríamos recaudar unos fondos e invitar los directivos del sello discográfico. Pues este evento fue lleno total, la gente enloquecida, el apoyo fue, como se caraterizaba en los noventas, increíble, hubo hacinamiento por que no cabía más gente en el local, de modo que los dueños del sello vieron esta inmensa recepción, escucharon la música de la banda y de inmediato concertaron una reunión para la firma de contrato discográfico de lo que sería la obra prima “Paradox”. Sólo quedaba definir el estudio de grabación y todo apuntaba a que tendríamos que viajar a Bogotá, lo cual representaba costos elevados, inconvenientes laborales o académicos por las responsabilidades de cada uno y demás cuestiones adversas. Dio la casualidad, que en el año 2000 llegaba Felipe Morales, quien había sido guitarrista de Attack en los tempranos noventas, y venía de los Estados Unidos con el fin de crear un estudio de grabación en Pereira (La Oreja Estudios). El sello inicialmente no estaba de acuerdo con que grabáramos a nivel local en un estudio desconocido, así que, surgió la propuesta de grabar un fragmento de dos minutos, de una canción que estaría en el álbum y el estudio no nos cobraría, sería algo así como una muestra gratis para someterlo a la aprobación de Hateworks; el sonido fue mejor que las dos canciones registradas en 1999 y el sello dio el visto bueno, así que nos embarcamos a grabar el álbum completo en el año 2000.”
Musicalmente Paradox es un álbum muy redondo. Desde el trabajo vocal o rítmico (batería), hasta lírico y conceptual, pero el trabajo de guitarras es un punto aparte. Algo obvio si reflexionamos que el álbum con 2 de los mejores guitarristas no solo de Pereira, posiblemente de toda Colombia. Los señores Adrián Holguín y el finado Juan C. Bulla. “Siempre tuvimos muy claro que el fuerte de la banda en ese momento era la complexión de las guitarras. La conexión que se forjó entre Holguín y Bulla. De hecho, inicialmente toda la composición y todos los solos pesaban sobre Adrián Holguín permitió solidificar la intención compositiva, pero cuando llegó Bulla, quien era amigo nuestro por muchos años y sabíamos que era el mejor guitarrista de la ciudad en ese momento, nos condujo a plantear de nuevo, a sugerir que las canciones tuvieran un segundo o tercer solo, que tuvieran armonías, de modo que todo fue intencional. Yo mismo llamaba a Bulla, cuando estaba componiendo los solos, diciéndole que quería algunos licks estilo Andy La Rocque, Christopher Amott, o Alex Skolnick, así que el me mostraba los solos con el fin de compartir. Adrián tenía un muy alto porcentaje de los riffs y muchos de estos se volvieron icónicos en todo el país, todavía me escriben guitarristas o me mandan el vídeo de su rendición del intro de Poisoned Air o Paradox. De hecho, el guitarrista que nos acompañó en la grabación del “Unbreed” en el 2018, fue convocado porque yo vi su banda en vivo haciendo un cover de Poisoned Air en el 2015 o 2016.”
Sin duda la pérdida de Juan Bulla fue realmente lamentable y la escena de Metal de la perla del Otún difícilmente volverá a ser la misma. “Absolutamente todas las personas que conocimos a Bulla, garantizamos la calidad de ser humano que fue. Nunca negaba el saludo a nadie, fue humilde, sencillo en todas las instancias de su vida, tanto cuando estuvo en altas esferas musicales, tocando con sinfónicas o girando fuera del país, como cuando estuvo en malas situaciones económicas, siempre fue noble, con los pies en la tierra y eso es lo que tenemos que recordar. Bulla fue mi gran amigo desde tempranos años noventa, pasamos adolescencia juntos escuchando Slayer y soñando con ser Slayer. Fue algo poético que tuvimos la oportunidad de encontrarnos de nuevo, girar por el continente, volar a Panamá, tocar en festivales y aunque estuvimos a punto de molernos a golpes muchas veces, de matarnos a puñetazos, siempre volvíamos a ser amigos y a reírnos de lo vivido. Tres días antes de su operación a corazón abierto, le visité en la clínica, nos sentamos a conversar, hablamos incluso de volver a tocar juntos, le regañé por haber dejado el virtuosismo y siempre dijo que ya no le gustaba, que prefería el blues, el rockandroll arrastrado (ahora le doy la razón porque alcanzó el virtuosismo antes que muchísimos en el país), yo llevaba una camiseta de Slayer precisamente y me dijo que se la regalara, yo le dije “cuando salga de acá y se recupere se la regalo gono***a”, y esa fue la última vez que le vi en vida, quisiera recordar las risas y recuerdos de ese día en una visita de hospital.”
Hoy por hoy, cuando ya han pasado 2 décadas desde el lanzamiento de Paradox, vuelve a estar disponible gracias (otra vez) a Green Revolutions Prods, en una genial edición en CD digipack, con (léase bien) 7 bonus tracks, con los 2 temas que salieron en el cassette promocional, el fragmento que TG grabó para enviar a Hateworks para que les diera luz verde, una brutal versión de “Paradox” que nos recuerda que tras este álbum, la banda abandonó el sonido de Gotemburgo para explorar sonidos más Death Metal brutal, así como una versión de “I Malign” track de su segundo álbum Mindusk (2004) que incluye la incursión de voces líricas, vaya extraña versión. Asimismo, la edición trae un detallado librillo con material fotográfico nunca antes visto y una reveladora reseña histórica que nos cuenta cómo fue que se hizo este genial álbum, que tiene un lugar asegurado en la historia del metal risaraldense y colombiano. No dejes pasar la oportunidad de incluir un genial disco en tu discrografía de metal nacional. “Es algo difícil de describir, puesto que el “Paradox” es un álbum histórico, técnicamente se cumplen 20 años de haber ingresado al estudio a grabar ese fragmento probatorio que permitió adentrarnos en el álbum completo unos meses más tarde; fue además decisivo para el metal nacional y haber tenido el privilegio de estar allí, de escribirlo, de grabarlo, de soñarlo, ahora verlo de nuevo, es complejo plasmarlo en palabras. Yo había recibido ofertas por parte de un par de sellos más para realizar re-prensajes de esta obra, pero siempre veía las dificultades que implicaba por el reconocimiento de derechos, porque el pago que iba a recibir no era suficiente para cubrir responsabilidades con el sello anterior (Hateworks) y el contrato, o con los músicos participantes, así que decliné estas ofertas. Posteriormente, dada la coyuntura de la formación nueva de la banda, el interés en componer y grabar nuevo registro; la gente de Green Revolution propuso de nuevo hacer una reedición, con varias canciones inéditas a manera de bonus tracks, liner notes (texto informativo), edición histórica con fotos inéditas, y además el manager de Green Revolution que ahora tenía evidente compromiso moral con Twilight Glimmer, ofreció cubrir los pagos a Hateworks y a los músicos que grabaron y compusieron conmigo la obra, a parte de él mismo hacer las conversaciones y negociaciones con ellos, de modo que era una oferta que no podía rechazar. El álbum se reeditó unos meses antes del “Unbreed” y fue un éxito rotundo, yo ya tenía una base de datos más o menos ensamblada de las personas que me escribían a pedirme el “Paradox” cuando sólo existía la primer edición y les escribí, así que por mi parte vendí la totalidad de las copias que se me asignaron, además de la creciente intensidad escénica que tuvo la banda por tarimas y festivales del país y la visita a México, que nos permitieron distribuir el álbum a gran escala y recibir excelentes opiniones por parte de viejos coleccionistas, o de jóvenes que apenas descubrían esta pieza muy anterior a su época.”
Fotos: cortesía Leo Pinzón.
Sello: Green Revolutions Prod / Licencia Decade Recs
Alineación:
Leo Pinzón: Vocals
Juan Bulla Guitars: Bass
Adrián Holguín: Guitars
Edixon Sepúlveda: Drums
Tracklist:
1. Poisoned Air 04:11
2. Unvanished Tear 04:00
3. Paradox 03:57
4. Nothingness Entrails 03:24
5. Behind Dreamcodes 04:33
6. Deep Within My Coldness 03:21
7. Feeding the Flame 03:10
8. Dwell in Emptyness 04:21
9. Suspended in the Threshold 02:59
10.Hellucination 02:34 instrumental
Bonustracks
11.Nothingness Entrails (demo tape version)
12.Deep Within My Coldness (demo tape version)
13.Seeds of Desaster
14.Inertial Arts
15.Paradox
16.I Malign
17.Suspended in the Threshold
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